El Hombre tiene derecho a inqueitarse por sí mismo,mientras se seinte perdido,aislado, en la masa de las cosas.Pero ha de avanzar tan algremente hacia adelante tan pronto como descubra su suerte ligada a la propia suerte de la Naturaleza.Porque el poner en duda el valoir y esperanzas del Mundo no será en el hombre virtud crítica,sino enfermedad espiritual.Himno del Universo, Pierre Teilhard de Chardin.1961.XXXIIIPag 112
AL PESIMISTA LE ES FÁCIL deseñar este período extraordinario en civilizaciones que vanm derrumbandose una tras otras.¿pero no resulta más cientifico reconocer,una vez más,bajo estas sucesivas oscilaciones a la grande espìral de la vida elevandose irreversible, por relevos,sigueiendo así la linea maestra de su evolución?Susa,menfis,ATenas,P udieron morir:Sin embargo,una cosncienciadel Universo,siempre en progresiva organización,pasa de una mano a otra mientras seu empuje va creciendo.Pierre Teilhard de Chardin.1961.XXXIIVPag 112
TÙ,CUYA AMANTE SABIDURÍA me forma a aprtior de todas las fuerzas y de todos lo azares de laTierra permiteme que esboce un gesto cuya eficacia plena se me aparezaca frente a las fuerzas de disminución y muerte;haz que tras haber deseado,crea,crea ardientemente,crea sobre todas las cosas,en tu Presencia activa.
Gracias a Ti,esta espera y esta fe están ya llenas de virtud operante.
Pero cómo podre testimoniarte y probarme a mí mismo,emdiante un esfuerzo exterior,que no soy d elosq eu dicen tan sólo aflor de labios:"Señor,Señor"
Pero cómo podre testimoniarte y probarme a mí mismo,emdiante un esfuerzo exterior,que no soy d elosq eu dicen tan sólo aflor de labios:"Señor,Señor"
Colaboraré en tu acción previsora, y lo haré de modo doble.
Primero responderé a tu inspiración profunda que me ordena existir,
teniendo cuidado de nunca ahogar,
ni desviar,ni desperdiciar mi fuerza de amar y de hacer.
Y luego,a tu Providencia envolvente,que me indica en todo instante,
por los acontecimeintos del día,
el paso siguiente que he de dar,
el escalon que de subir,
me uniré mediante el cuidado de no perder ocasión alguna de subir hacia el "espiritu".
Pierre Teilhard de Chardin.1961.XXXVIII
Primero responderé a tu inspiración profunda que me ordena existir,
teniendo cuidado de nunca ahogar,
ni desviar,ni desperdiciar mi fuerza de amar y de hacer.
Y luego,a tu Providencia envolvente,que me indica en todo instante,
por los acontecimeintos del día,
el paso siguiente que he de dar,
el escalon que de subir,
me uniré mediante el cuidado de no perder ocasión alguna de subir hacia el "espiritu".
Pierre Teilhard de Chardin.1961.XXXVIII
REPLIEGA TUS ALAS,¡Oh alma mía!que habías abierto,tan grandes para alacanzar la s cumbres terrestres deonde la lauz es la más ardiente.esperaa que el Fuego descienda,si es que queire que tu seasde ÉL.
Para atraer su Poderío,relaja elaja primero los efectos que te religan todavia a objetos demasiado queridos por ellos mismos.
La verdadera unión que debes perseguir con las criaturas que te atraen no se realizan yendo derecho a ellas, sino convergiendo con ellas hacia Dios,bscando atraves de ellas.
No es amterializandose en un contacto carnal,sino espiritualizandose en Dios como las cosas se aproximan y llegan,siguiendo su pendiente invencible, ano ser más que una,todas conjuntamente.Sé,pues casta,¿Oh, alma mía!
Y cuando hayas aligerado tu ser,desata,aún más lejos,las fibras de tu sustancia.En el amor exagerado de que tienes,te asemejas a una molécula cerrada sobre sí misma,que no pudiera entar facilmente en cualquier combianción nueva.
dios espera de ti má apertura y má agilidad.
para pasar en Él,necesitas ser más libre y más vibrante.Renuncia,pues, a tu egoísmo y a y tu miedo a sufrir.
Ama a los otros como a ti mismo,es decir,introduceles en ti a todos, a aquello incluso que no querrías si fueses pagano.
Acepta el dolor.
Toma tu cruz,¿Oh alma mía!
Himno del Universo, Pierre Teilhard de Chardin.1961.XXXVIPag 115
La verdadera unión que debes perseguir con las criaturas que te atraen no se realizan yendo derecho a ellas, sino convergiendo con ellas hacia Dios,bscando atraves de ellas.
No es amterializandose en un contacto carnal,sino espiritualizandose en Dios como las cosas se aproximan y llegan,siguiendo su pendiente invencible, ano ser más que una,todas conjuntamente.Sé,pues casta,¿Oh, alma mía!
Y cuando hayas aligerado tu ser,desata,aún más lejos,las fibras de tu sustancia.En el amor exagerado de que tienes,te asemejas a una molécula cerrada sobre sí misma,que no pudiera entar facilmente en cualquier combianción nueva.
dios espera de ti má apertura y má agilidad.
para pasar en Él,necesitas ser más libre y más vibrante.Renuncia,pues, a tu egoísmo y a y tu miedo a sufrir.
Ama a los otros como a ti mismo,es decir,introduceles en ti a todos, a aquello incluso que no querrías si fueses pagano.
Acepta el dolor.
Toma tu cruz,¿Oh alma mía!
Himno del Universo, Pierre Teilhard de Chardin.1961.XXXVIPag 115
¿ES ESTO VERDAD,SEÑOR?...Divulgando la Ciencia y la Libertad,puedo densificar tanto en Sí misma como para mí,la atmosfera divina, en la que mi único deseo es siempre sumergirme en ella.Adueñénadome de la Tierra es cómo puedo vincularme aTi...
Que la Materia,escrutada y manipulada,nos descubra los secrtos de su contextura, de su movimeintos y de su pasado.
Que las Energías, dominadas, se dobleguen ante nosotros y aobedezcan a nuestro poderío,
Que los hombres, convertidosen más conscientes y má fuertes, se agrupen en organizaciones ricas y felices, en las que la vida, mejor utilizada, produzca el ciento por uno
Que le universo ofrezca a nuestra contemplación los simbolos y las formas de toda Armonía y de toda Hermosura.
...debo buscar y debo encontrar.
Ahí está inmerso,Señor,el Elemento en que tú queires habitar aquí abajo.
¡Ahí está implicada tu existencia entre nosotros!
· Himno del Universo, Pierre Teilhard de Chardin.1961.XLIII Pag 120
EL CORAZÓN PURO es el que,amando a Dios por encima de todas las cosas,sabe tambien verle difundido por todas partes.biense elve por encima de toda criatura,hasta una aprehensión casid irectade la Divinidad,bien se lance-como es deber de todo hombre_ sobre el Mundo que hay que perfeccionar y que conquistar, el justo no presta atención más que a Dios.Para él,los objetos han perido su superficialidad de superficie.
Dios e ofrece aun verdadero abrazo en cada uno de ellos, en la medida de sus cualidades y de sus peculiares suertes.
El alma pura, y éste es su privilegio natural, se mueve en el seno de una inmensa y superior unidad.
¿quien no ve que,mediante ese contacto,el alma va a unificarse hasta su propia médula?Y quien no adivina, en consecuencia, el auxiliar inapreciable que los progresos de la Vida va a encontar en el Verbo?
Así como el pecador,ques e abndo ana a sus padiones,dispersa y disocia su espiritu,el santo,en virtud e un proceso inverso, se sustrae a la complejidad de los afectos...pOR ESO MISMO, SE INMATERIALIZA.
Todo es Dios para él,Dios le es Todo,y jesús es a la vez Dios y todo para él.
Sobre un objeto así,que agota en su multiplicidad-para los ojos, para el corazón,para el espiritu_,la Verdad y las BELLEZAS DEL CIELO Y DE LA TIERRA,las facultades del alma,convergen, coinciden y se funden con la llama de un acto único, en el que la percepción se confunde con el amor.
La acción especifica de la pureza(su efecto formal diría la Ecolástica)es pues,unificar las potencias interiores del alma en el acto de la pasión única, extraordinariamente rica e intensa.
El alma pura, finalmente,es la que, superando la múltiple y desoragnizante a tracción de las cosas, templa su unidad(es decir,madura su espiritualidad) con los ardores de la simplicidad divina.
Lo que la Pureza opera en el Interior del ser individual,la Caridad lo realiza en el seno de la colectividad de las almas.
Sorprende(cuando se piensa en ello con una mente no embotada por el hábito)el cuidado extraordinario con que Jesús recomienda a los hombres que se amen los unos a los otors.
El amor mutuo es el mandamiento nuevo del Maestro,el carácter distintivo de sus discipulos,la señal segura de nuestra predestinación,la obra principal de toda exitencia humana.Seremos juzgados sobre la Caridad,condenados o justificados por ella.
Dios e ofrece aun verdadero abrazo en cada uno de ellos, en la medida de sus cualidades y de sus peculiares suertes.
El alma pura, y éste es su privilegio natural, se mueve en el seno de una inmensa y superior unidad.
¿quien no ve que,mediante ese contacto,el alma va a unificarse hasta su propia médula?Y quien no adivina, en consecuencia, el auxiliar inapreciable que los progresos de la Vida va a encontar en el Verbo?
Así como el pecador,ques e abndo ana a sus padiones,dispersa y disocia su espiritu,el santo,en virtud e un proceso inverso, se sustrae a la complejidad de los afectos...pOR ESO MISMO, SE INMATERIALIZA.
Todo es Dios para él,Dios le es Todo,y jesús es a la vez Dios y todo para él.
Sobre un objeto así,que agota en su multiplicidad-para los ojos, para el corazón,para el espiritu_,la Verdad y las BELLEZAS DEL CIELO Y DE LA TIERRA,las facultades del alma,convergen, coinciden y se funden con la llama de un acto único, en el que la percepción se confunde con el amor.
La acción especifica de la pureza(su efecto formal diría la Ecolástica)es pues,unificar las potencias interiores del alma en el acto de la pasión única, extraordinariamente rica e intensa.
El alma pura, finalmente,es la que, superando la múltiple y desoragnizante a tracción de las cosas, templa su unidad(es decir,madura su espiritualidad) con los ardores de la simplicidad divina.
Lo que la Pureza opera en el Interior del ser individual,la Caridad lo realiza en el seno de la colectividad de las almas.
Sorprende(cuando se piensa en ello con una mente no embotada por el hábito)el cuidado extraordinario con que Jesús recomienda a los hombres que se amen los unos a los otors.
El amor mutuo es el mandamiento nuevo del Maestro,el carácter distintivo de sus discipulos,la señal segura de nuestra predestinación,la obra principal de toda exitencia humana.Seremos juzgados sobre la Caridad,condenados o justificados por ella.
Himno del Universo, Pierre Teilhard de Chardin.1961.XLIX.Pág 130
LA ALEGRIA consiste sobre todo, en haber encontrado al fin un Objeto universal y sólido al cuál referir, y como incrustar,las felicidades fragmentarias cuya posesión sucesiva y fugáz irrita el corazón sin satifacerle.
Más que nadie es el místico quien sufre por la pulverulencia de los seres.
Instintivamente,obstinamente, busca lo estable, lo inaleterable,lo absoluto...
Por toidas partes, el desmenuzamiento,signo de lo corruptible y de lo precario.
Y por todas partes, sin embargo, el rasgo y la nostalgia de un Soporte único y de un Alma absoluta,de una Realidad sintética, que fuese tan estable y universal como la Materia,tan simple como el Espiritu.
Es necesario haber experimentado profundamente la pena de verse sumergido en lo multiple,que revolotea y se esfuma entre nuestros dedos,para merecer gustar el entusiamso que se apodera del alma cuando ve,bajo la acción de la Presencia universal,que lo Real se ha hecho no sólo trasnparente, sino sólido.
Ahora el principio incorruptible del Cosmos ha sido hallado, se ha derramado por todas partes.El mundo está lleno, y está lleno de lo Absoluto.
¡Que liberación!
Himno del Universo, Pierre Teilhard de Chardin.1961.xxv,Pág 101
Más que nadie es el místico quien sufre por la pulverulencia de los seres.
Instintivamente,obstinamente, busca lo estable, lo inaleterable,lo absoluto...
Por toidas partes, el desmenuzamiento,signo de lo corruptible y de lo precario.
Y por todas partes, sin embargo, el rasgo y la nostalgia de un Soporte único y de un Alma absoluta,de una Realidad sintética, que fuese tan estable y universal como la Materia,tan simple como el Espiritu.
Es necesario haber experimentado profundamente la pena de verse sumergido en lo multiple,que revolotea y se esfuma entre nuestros dedos,para merecer gustar el entusiamso que se apodera del alma cuando ve,bajo la acción de la Presencia universal,que lo Real se ha hecho no sólo trasnparente, sino sólido.
Ahora el principio incorruptible del Cosmos ha sido hallado, se ha derramado por todas partes.El mundo está lleno, y está lleno de lo Absoluto.
¡Que liberación!
Himno del Universo, Pierre Teilhard de Chardin.1961.xxv,Pág 101
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